martes, 1 de marzo de 2011



Y cada vez, mirar hacia mi lado era como una puñalada que suavemente se adentraba, en mis entrañas.
Me carcomía por dentro, me ahogaba en el aire, me asfixiaba en al agua, 
¡Que extraña!, ¡Que loca!, ¡Insana!
Al menos alguien, yo, sabía lo que estaba pasando. 
Tormenta en un día soleado, ¿Qué estaba pasando?
¿Quien era yo?, ¿Quien eras tú?
No somos nada, no éramos nada, somos polvo, 
viniendo del polvo, creciendo en el polvo.

Yo era.. Nada, y había estado cansada de ser nada, 
cuando decidí hacer algo...

Jamás llegaste tarde, siempre estaba allí, observándome.
Viéndome, perdida.. Estabas
Esperando, 
Esperando que te notara, y yo sé. Dios, no eres invisible.
Por que yo te vi abrazarme en sueños, yo te sentí cerca, 
más que a nadie, más que a nada. 
Y tú, simplemente me amaste, siendo tan, frágil, tan torpe, tan sucia..
Lo entendiste, así nada más.. Me amaste.
Cuando fui algo, la primera vez. 
Estabas tu allí, señor. Orgulloso, como jamás alguien lo había estado de mí.
Y ese fue el día.

Simplemente después de que lo sientes no hay vuelta atrás,
Hoy para mí, es "ese" día, todos los días.


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