domingo, 6 de mayo de 2012
Padre:
Hoy he sido tratada con palabras que no quiero ni pensar en escribir. ¿Lo soy?, ¿Seré en palabras más simples lo que ellos dicen? ¿Una idiota? ¿Alguien que no tiene utilidad en la vida?
Desde pequeña siempre he querido crecer, hoy he caído en cuenta de por que. Yo no quiero crecer, yo quiero poder huir para no volver, ¿Está bien eso? ¿Estaría bien querer huir de las personas que quieren alejarme de ti, señor? ¿Estaría bien querer prescindir de todo aquello que sea piedra de tropiezo para poder estar contigo? ¿Podría cansarme de intentar enseñarles lo que haz hecho en mi vida para que tu les salves, y aún ser de tu agrado, Padre? ¿Me odiarán ellos a mi al ser capaces de proferir esas afirmaciones sobre mi, sobre ti, sin miedo de herirme? ¿Les importaré?
Yo sé que quiero una vida junto a ti, pero ellos no me lo permiten, dicen que soy libre, pero me retienen por que debo respetarles, me retienen para que no vaya contigo, me obligarán, me obligan a escoger entre ellos o Tú. Otorgales la sabiduría necesaria a mis padres para hacerles entender por qué no los escogeré.
Adán:
Ya, siento que no puedo tener una conversación contigo. Ya, siento que sólo hablamos cuando estas ocupado para que así deba ser una conversación corta y poco personal.. ¿Ese el amor que dices tener para mí? Ese, amigo, no es el amor que yo tengo para ti..
Te he necesitado tanto y me haz fallado tanto que algunas veces ya no veo a ese muchacho tímido que solía ruborizarse al besarme.
Quise tantos consejos, tantas palabras de aliento, pero no quise ninguna más que las tuyas, las cuales en los momentos más necesarios, nunca llegan. Siempre ocupado, siempre requerido por otros.. ¿Y si yo te requiero? ¿Estarías ahí para sostener lo insostenible? No... Tu te rendirías... Yo nunca me rendiría contigo, esa es nuestra principal diferencia..
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